Recordarán que hace un año los ejecutivos de Microsoft mencionaban que dada la integración integral del nuevo Kinect en Xbox One, no era posible vender una versión de la consola sin el sensor de movimiento. Poco después, tras las criticas de que los micrófonos y cámara del sensor debían estar activos en todo momento, Microsoft mencionó que modificaría la consola para que funcionara sin la necesidad de que estuviera prendido Kinect en todo momento.

Esto llevó a pensar que quizás ahora que Kinect ya no era necesario para que funcionara la consola, la compañía lanzaría desde el día uno, una versión sin el sensor más económica y en línea con el precio de PS4. Pero no fue el caso, y curiosamente después de que el último reporte de ventas continúa situando a la consola de Sony como la más vendida, Microsoft ha dado el anuncio que a partir del 9 de junio, podremos encontrar una versión de Xbox One sin Kinect por $399 USD, efectivamente poniéndola a la par de PS4.

También dio a conocer que en junio eliminará el requisito de tener Xbox Live Gold en Xbox 360 y Xbox One, para poder usar aplicaciones como Netflix, y Youtube, hecho que lo usuarios habían venido pidiendo desde hace años ya que prácticamente debían pagar doble para usar estas aplicaciones de video; la suscripción a Gold, más la del servicio de Netflix, HBO Go, NFL y similares. Mientras que usuarios de PlayStation han podido acceder a estas aplicaciones sin necesidad de desembolsar dinero extra.

Es obvio que estos movimientos responden más a una estrategia para recobrar terreno, que a un acto de benevolencia, dado de Xbox One ha sido desde su anuncio vendido como el centro de entretenimiento más completo, simplemente venían tropezándose con su propio pie.

El movimiento de Kinect es medianamente un arma de dos filos, económicamente hará más atractiva a Xbox One, pero nuevamente fragmentará a la base de usuarios, limitando lo que los desarrolladores puedan hacer. Y en cuanto a la eliminación del requisito de la suscripción Gold para las aplicaciones de video, es lamentable que el cambio aparentemente se de por la baja adopción de la consola como centro de entretenimiento, ya que los títulos free-to-play continuarán requiriendo de la suscripción.